Una prótesis de diente permite recuperar la apariencia estética original o incluso una mejorada; sin embargo, esa no es su utilidad principal. Lo más importante es que, un espacio hueco provoca que las piezas adyacentes y las de la arcada opuesta se desplacen, ocasionando caries, problemas de oclusión, enfermedad periodontal y aumentando las posibilidades de que ocurran otras pérdidas por desgaste del hueso.
Hasta ahora la mejor y más duradera alternativa para sustituir una pieza es el implante dental. El procedimiento incluye varias consultas con el especialista, toma de imágenes radiográficas, instalación del pilar que reemplaza a la raíz del diente perdido y colocación de la corona, que confiere el acabado final, con un aspecto totalmente agradable y natural.
Ventajas de instalar una prótesis dental
Esta técnica permite preservar los dientes vecinos al área que ocupaba la pieza perdida, sin necesidad de tallarlos. Además, el paciente higieniza los espacios interdentales con facilidad, usando los mismos procedimientos que con el resto de la dentadura. Por otra parte, la pérdida de hueso se detiene e inclusive crece nuevo tejido alrededor del implante, estabilizando el maxilar.
Adicionalmente, ya existe en el mercado una versión adhesiva fija elaborada en metal y porcelana que se abraza a los dientes contiguos. Esta opción amerita menos modificaciones de las piezas vecinas y también proporciona una estética adecuada, previene la oclusión e interrumpe el desplazamiento lateral. El procedimiento es más corto y requiere de poco espacio para trabajar.
Se utiliza generalmente en los niños y jóvenes como una alternativa temporal hasta que finaliza la etapa de crecimiento. La razón es que en muchos casos se despega o afloja, hay un cierto riesgo de sensibilidad en la zona o de fractura de la prótesis y puede dificultarse el realizar una apropiada higiene dental.
Finalmente, están las prótesis removibles que resultan más baratas y rápidas de elaborar. Asimismo, de ser necesario, se le pueden añadir piezas a futuro. Hay pacientes que las rechazan por resultar incómodas y ocasionar algunas dificultades al hablar y masticar. En cualquier caso, consulte con su odontólogo puesto que existen opciones y usted no tiene que seguir escondiendo su sonrisa.
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